La Unión Europea ha adoptado el Reglamento contra la Deforestación (EUDR, por sus siglas en inglés), una medida clave para frenar la deforestación asociada a productos comercializados dentro de su territorio. Esta normativa transforma las obligaciones empresariales, exigiendo trazabilidad y sostenibilidad en las cadenas de suministro. A continuación, te explicamos qué implica el EUDR, a quién afecta y cómo la tecnología puede ayudar a cumplir con sus requisitos.
El Reglamento Europeo contra la Deforestación tiene como propósito asegurar que los productos importados o exportados en la Unión Europea no contribuyan a la deforestación ni a la degradación de los bosques. Sustituye al anterior Reglamento Europeo de la Madera (ETR), ampliando su alcance y estableciendo criterios de sostenibilidad más rigurosos.
Desde diciembre de 2024, las empresas deberán demostrar que sus productos están libres de deforestación mediante procesos sólidos de diligencia debida y trazabilidad. El reglamento aplica a materias primas clave como cacao, café, aceite de palma, soja, caucho, madera y carne de vacuno. Estos productos deben provenir de fuentes legales y sostenibles.
La normativa se dirige principalmente a dos tipos de actores:
Operadores: Empresas que introducen productos en el mercado de la UE por primera vez o los exportan fuera del mismo. Esto incluye importadores, productores nacionales y exportadores.
Comerciantes: Empresas que comercializan productos que ya están en el mercado europeo. Aunque sus responsabilidades son menores que las de los operadores, también deben asegurar el cumplimiento del reglamento.
Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) disponen de un periodo de transición más largo, hasta junio de 2025, para adaptarse a estas exigencias.
Para alinearse con el EUDR, las empresas deben implementar sistemas que garanticen:
Trazabilidad: Identificación precisa del origen de las materias primas mediante coordenadas geográficas exactas.
Diligencia debida: Evaluación de los riesgos vinculados a la deforestación, con medidas para mitigar aquellos que no puedan descartarse.
Documentación verificable: Evidencia clara y comprobable de la sostenibilidad y legalidad del origen de los productos.
La complejidad del EUDR hace que las herramientas tecnológicas sean fundamentales para facilitar la trazabilidad y cumplir con las nuevas obligaciones. Entre las soluciones más útiles destacan el RFID y el IoT.
La tecnología RFID permite seguir el recorrido de un producto desde su origen hasta el destino final. A través de etiquetas RFID, las empresas pueden registrar datos sobre ubicación, tiempos y movimientos en la cadena de suministro, lo que facilita la creación de informes detallados que demuestran el cumplimiento del reglamento.
Las plataformas basadas en Internet de las Cosas (IoT) ofrecen funciones clave como:
Monitoreo en tiempo real: Sensores conectados permiten vigilar constantemente las condiciones ambientales y geográficas relacionadas con las materias primas.
Integración de datos: Los dispositivos recopilan información desde diversos puntos de la cadena de suministro, mejorando la transparencia y la eficiencia.
Automatización: Los sistemas automatizados reducen errores humanos y aceleran procesos como la evaluación de riesgos o la elaboración de reportes regulatorios.
Estas herramientas no solo ayudan a cumplir con el EUDR, sino que también mejoran la sostenibilidad general y refuerzan la imagen corporativa.
El Reglamento contra la Deforestación representa un avance significativo en la protección del medioambiente a nivel global. Aunque su implementación supone un reto, tecnologías como RFID e IoT hacen que el proceso sea más sencillo y eficiente.
Cumplir con el EUDR no es solo una cuestión legal, sino también una oportunidad estratégica para liderar en sostenibilidad y construir cadenas de suministro responsables que cuiden del planeta.